En los últimos años, el aumento de población de las medusas está causando un problema importante debido a sus consecuencias. Este aumento puede ser debido al cambio climático, al exceso de pesca y/o a la alteración de los hábitats marinos. Existen más de 10.000 especies de medusas de las cuales un 1% causa daño a los humanos.
¿Qué dicen los estudios científicos?
Existe en la literatura mucha información de cómo tratar las picaduras de medusa, y en ocasiones es contradictoria, no justificada y poco clara. Hay poca basada en la evidencia y se aceptan recomendaciones anecdóticas, que en ocasiones pueden incluso agravar los síntomas de la picadura.
Si revisamos la literatura podemos resumir varias ideas clave en cuanto al tratamiento:
- Existe una amplia variabilidad en la picadura según la especie que la cause: la picadura depende de la especie, del área geográfica, de la composición del veneno de la medusa, del lugar de contacto, etc. Existen especies no venenosas, cuya toxina no es capaz de penetrar en la dermis. Y también se conoce que no todos los tentáculos son capaces de causar reacción.
- Existe variabilidad según cada persona: nadie es resistente a una picadura de medusa, pero se sabe que afecta en diferente intensidad a cada persona. La mayoría de las reacciones se limitan a la piel en la zona del contacto en forma de urticaria y eritema en la piel (enrojecimiento) que produce picor y dolor de intensidad y duración variable. Sin embargo, se han descrito reacciones más severas y en muy raras ocasiones, sistémicas con angioedema y anafilaxia.
- La reacción que producen se debe a la acción irritante directa de la toxina de la medusa en la piel o bien por estimulación de la respuesta inmune de los linfocitos. Esta respuesta inmune es celular de linfocitos T y humoral de linfocitos B. Para que se produzcan reacciones alérgicas con agioedema o anafilaxia, es necesario haber tenido una exposición previa al veneno, es decir, haber sido picado antes.
- El tratamiento de las picaduras de medusa comprende cuidados de primeros auxilios y tratamiento médico, en función del tipo de medusa, la gravedad de la picadura y la reacción a la misma.
Primeros auxilios
La mayoría de las picaduras de medusas se pueden tratar de la siguiente manera:
- Con cuidado, arrancar los tentáculos visibles con unas pinzas finas.
- Remojar la piel en agua caliente. Usar agua que esté entre los 43 y los 45 °C. Si no se dispone de un termómetro, probar el agua en la mano o en el codo y se debe sentir calor, no que queme. Mantener la piel afectada sumergida o en una ducha caliente de 20 a 45 minutos.
- Será necesario acudir a urgencias si el paciente comienza con síntomas sistémicos (dolor abdominal, hipotensión, mareo, náuseas, vómitos, enrojecimiento generalizado de la piel) o no cede el dolor.
Medidas que deben evitarse
Estas acciones no dan resultado o no está demostrado que lo den:
- Quitar los aguijones.
- Enjuagar con agua de mar.
- Enjuagar con orina humana.
- Enjuagar con agua dulce.
- Aplicar ablandador de carne.
- Aplicar alcohol, etanol o amoniaco.
- Frotar con una toalla.
- Colocar vendas de inmovilización por presión.
Tratamiento médico
- Atención de urgencia. Una persona que tenga una reacción grave a una picadura de medusa puede necesitar reanimación cardiopulmonar (RCP), soporte vital o, si la picadura corresponde a una cubomedusa, el antídoto contra el veneno.
- Medicamento oral. Una erupción cutánea u otra reacción de la piel debido a una hipersensibilidad retardada pueden tratarse con antihistamínicos orales o corticoesteroides. También se pueden dar analgésicos por vía oral.
- Enjuagar el ojo. Una picadura de medusa en un ojo o en la zona que lo rodea requiere atención médica inmediata para controlar el dolor y realizar un profundo enjuague del ojo. Probablemente sea tratado por un médico que sea especialista en la atención médica de los ojos (oftalmólogo).