03 de junio del 2019
Muchas personas tienen la costumbre de usar a diario colutorios o enjuagues bucales para mejorar la higiene de su boca.
Puede que el uso de un enjuague bucal nos dé la sensación que deja la "boca limpia" pero en realidad, no es necesario usar estos productos todos los días. Es más, en algunas ocasiones puede resultar incluso perjudicial.
Sin embargo, es importante saber que un colutorio, por muy bueno que sea, nunca sustituirá a un buen cepillado de dientes. Los colutorios ayudan fundamentalmente cuando hay procesos odontológicos y siempre debe usarse en base a las indicaciones del dentista.
Para tener los dientes limpios y una boca sana, es fundamental e imprescindible lavarnos los dientes tres veces al día. Una adecuada higiene de la boca implica el correcto cepillado y el uso de cepillos interdentales o seda dental, para limpiar bien el espacio entre los dientes.
Actualmente en el marcado existen colutorios de muchos tipos, con diferentes usos en base a sus composiciones. Existen colutorios que se indican para usarse sólo unos días o unas semanas o bien los que se pueden usar a diario (si el especialista lo considera necesario).
Para usarlo a diario debe ser un enjuague o colutorio sin alcohol y preferentemente que no contenga un componente químico llamado Triclosán (la mayoría de pasta de dientes ya lo llevan y es un químico del que no hay que abusar).
Los especialistas aconsejan renovar el cepillo o cabezal del cepillo eléctrico cada tres meses y visitar al dentista o al periodoncista cada seis meses.
Los expertos recomiendan usar enjuagues bucales en determinados casos y en determinadas patologías. En todos los casos, es importante consultar siempre con nuestro dentista porque cada caso es diferente.
Existen colutorios específicos para:
En todos los casos se trata de tratamientos coadyuvantes y nunca sustituyen al cepillado, es decir, ayudan al tratamiento.
Por ello hay que usarlos cuando esté indicado, no por cuenta propia, y por el tiempo que el dentista indique porque no todos los casos son iguales.
En personas que no tengan ninguna patología o problema dental y que por costumbre quieran usar un colutorio, mejor que pregunten a su dentista cual es la mejor opción.
En principio no es necesario utilizar siempre colutorios, ya que según su composición, pueden llegar a causar sequedad en las mucosas o no estar indicado por enfermedades de base como el Liquen Plano.
Los colutorios que prescribe un dentista y disponen de evidencia científica, no pueden dañar los dientes. Sin embargo los especialistas desaconsejan el uso prolongado de los que contienen Clorhexidina porque pueden pigmentar los dientes y la lengua o incluso alterar el sentido del gusto. Si se abusa del Flúor, podría darse una fluorosis y si se usa con mucha frecuencia un colutorio que lleve alcohol, puede irritar la mucosa oral.
Algunos de los ingredientes que se pueden encontrar en la composición de un colutorio son: compuestos fluorados, que evitan la formación de caries; antisépticos como la Clorhexidina o el Triclosán; o desensibilizantes como el Nitrato potásico.
No es lo mismo un colutorio con una baja concentración de flúor destinado a un público infantil, que uno con una alta concentración de Clorhexidina enfocado al tratamiento de la enfermedad periodontal.
Cerca del 30% de la población adulta padece o ha padecido halitosis o mal aliento. El origen del 90% de estos casos de mal aliento reside en la boca y en torno al 60% se asocia con las enfermedades de las encías, gingivitis o periodontitis.
Así, el papel del dentista y el higienista es clave en el control preventivo y en el tratamiento de estos pacientes. El uso de colutorios o productos avalados científicamente y formulados con Clorhexidina, cloruro de Cetilperidinio y Zinc, pueden completar el tratamiento proporcionado en la consulta y ayudar al control de la halitosis.