05 de agosto del 2019
Sol, calor, sudor, agua, sal, cloro... El verano es un campo de minas para nuestra piel y pelo, que deberemos proteger con productos para el sol.
Nuestro cabello sufre todas estas agresiones, y lo que al principio de la estación puede ser una melena esponjosa y brillante, puede llegar a septiembre en un estado lamentable, frito, apagado y sin más remedio que meter la tijera.
La palabra clave del párrafo anterior es "puede", porque no tiene por qué ser así si entendemos cómo afecta el verano al pelo y qué podemos hacer para evitarlo.
La humedad propia de la costa, lugar habitual de veraneo, puede o bien encrespar tu pelo o bien asentarse sobre él y eliminar todo el volumen y movilidad que una melena tiene durante el resto del año, dejándola lacia y sin gracia.
El sudor y el polvo pueden provocar o empeorar problemas como la caspa, las puntas abiertas o la caída.
El calor, especialmente en lugares con temperaturas muy altas, seca y quiebra el pelo. Para el cabello, es como si se estuviese secado con el secador o planchado con la plancha de calor, durante todo el día.
Es habitual tratar de compensar estos efectos con un aporte extra de suavizantes y mascarillas, pero cuidado con pasarse, porque eso dejará el pelo pringoso, se ensuciará más y habrá que lavarlo más a menudo.
1. Cambiar de champú. En los meses de verano es recomendable cambiar el champú habitual por uno más hidratante.
2. Aclarar el pelo con agua fría. El agua fría es muy beneficiosa para el cabello y el cuero cabelludo: mejora la circulación sanguínea y aporta un extra de brillo. Además, ¿a quién no le apetece una buena ducha fresca en verano?".
3. Sustituir el acondicionador por mascarilla. Además de cambiar de champú, es conveniente sustituir el acondicionador por mascarilla en cada lavado, sobre todo si hay melena, porque es un tratamiento más intensivo e hidrata más.
4. Usar aceite específico para el pelo a diario.
5. Y también usar aceite de coco para dormir. Digamos que este truco es una continuación del anterior, sobre todo para aquellas personas que no terminan de ver la idea de ponerse aceite en el pelo casi a diario. Después de lavarse el pelo, poner este aceite en medios y puntas, dejar que actúe toda la noche y aclarar por la mañana. No hay que pasarse con la cantidad porque si no hará falta otro lavado. Eso sí, usar este aceite solo para dormir con el cabello seco o húmedo. No usarlo para exponer el cabello al sol porque no protege de los rayos solares. Si se quiere llevar algún producto mientras se toma el sol, es mejor usar una mascarilla.
6. Cortar las puntas. Cortar las puntas unos 5 cm ayudará a sanear los extremos y combatir la sequedad que se ceba con medios y puntas. Además, cortar ayuda a promover la fortaleza capilar.
7. Hacer un tratamiento profesional de salón. Un tratamiento profesional es básico para tenerlo más sano y fuerte cuando llegue la época de la playa. Hacerse uno a base de proteínas y aminoácidos, que también ayuda a regular la grasa en la raíz, o uno a base de ácido hialurónico.
8. Probar con la exoplastia. Sobre todo si el pelo tiene tendencia a sufrir encrespamiento, ya que este tratamiento a base de proteínas de colágeno aporta salud al pelo, además de una dosis extra de brillo y un alisado mucho más sencillo.
9. No hacerse cambios en la coloración antes del verano. Es más recomendable dejar pasar el verano y corregir cualquier desviación en la coloración después de los estragos del verano.
11. Incrementar la efectividad de la mascarilla. Porque un pelo hidratado es un pelo sano y fuerte, durante el verano es imprescindible potenciar aún más los rituales hidratantes. Para ello es bueno usar papel de aluminio, film transparente o gorros de plástico, para hacer más hidratantes y reparadores los productos que se usan para el pelo.