5 de noviembre del 2018
La diabetes es una enfermedad que afecta la manera en la que el cuerpo usa la glucosa, el principal tipo de azúcar de la sangre. La glucosa, que procede de los alimentos que comemos, es la principal fuente de energía o el combustible que necesita el cuerpo. Para utilizar la glucosa, el cuerpo necesita la hormona insulina. Pero, cuando alguien padece una diabetes, su cuerpo o no puede fabricar insulina o bien la insulina que fabrica no funciona como debería funcionar.
Hay dos tipos principales de diabetes:
1. La diabetes tipo 1, en la que el sistema inmunitario ataca el páncreas y destruye las células encargadas de fabricar insulina.
2. La diabetes tipo 2, en la que el páncreas aún puede fabricar insulina, pero el cuerpo no responde a ella como debería.
En ambos tipos de diabetes, la glucosa no puede entrar en las células con normalidad. Y esto hace que suban las concentraciones de azúcar en sangre, lo que puede hacer que la persona se encuentre mal si no recibe tratamiento.
La diabetes tipo 1 no se puede prevenir. Ni los médicos pueden saber quién la desarrollará y quién no.
Nadie sabe con certeza cuál es la causa de la diabetes tipo 1, pero los científicos creen que esta enfermedad guarda cierta relación con los genes. Pero el simple hecho de heredar los genes de la diabetes no suele bastar para desarrollar esta enfermedad.
En la mayoría de los casos, un niño tiene que exponerse a algo más, como un virus, para desarrollar una diabetes tipo 1.
La diabetes tipo 1 no es contagiosa, y los niños y adolescentes no pueden contagiarse de otras personas, ni se la pueden transmitir a sus amigos o parientes. Y comer mucho azúcar tampoco puede causar una diabetes tipo 1.
No hay ninguna forma fiable de predecir quién desarrollará una diabetes tipo 1, pero hay análisis de sangre que permiten detectar los signos iniciales de esta enfermedad. De todos modos, estos análisis no se hacen de forma sistemática, porque los médicos no pueden hacer nada para detener el desarrollo de esta enfermedad en aquellos niños cuyos análisis sean positivos.
A diferencia de la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 a veces se puede prevenir. La ganancia excesiva de peso, la obesidad y un estilo de vida sedentario, son factores que exponen a una persona a desarrollar una diabetes tipo 2.
En el pasado, la diabetes tipo 2 afectaba casi exclusivamente a los adultos. Pero ahora, más niños y adolescentes están siendo diagnosticados de diabetes tipo 2, debido al rápido incremento de la cantidad de niños y adolescentes con sobrepeso.
Aunque los niños y los adolescentes puedan ser capaces de prevenir o de posponer la aparición de la diabetes tipo 2 mediante el control de su peso corporal y el incremento de la actividad física, hay otros factores de riesgo de la diabetes tipo 2 que no se pueden cambiar. Los niños que tienen uno o más miembros en su familia con diabetes tipo 2, tienen un riesgo más alto de desarrollar esta enfermedad, y hay algunos grupos étnicos y raciales que también tienen más probabilidades de desarrollarla.
Estos pasos pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2 y otros problemas de salud asociados a esta enfermedad.
Si cree que su hijo tiene sobrepeso y, por lo tanto, corre el riesgo de desarrollar una diabetes tipo 2, hable con el médico de su hijo o con su dietista. Ellos le pueden ayudar a saber cuál es el peso deseable de su hijo y cómo alcanzarlo.