Con la Navidad llega la típica y tópica etapa en la que nos dejamos llevar, dejamos de cuidar nuestra dieta del año y acabamos atiborrándonos de comida, sobre todo de dulces: turrones, mazapanes, polvorones, bombones… Pero también marisco o carnes son otros alimentos que hacen que las digestiones pesadas, propiciadas por el exceso de comida, sean la tónica dominante de la Navidad.
Es decir, sufrimos un auténtico empacho gastronómico en Navidad. Comidas copiosas, sin horarios habituales, comemos a cualquier hora, sin límite ni control y comemos cualquier cosa, nada de alimentos sanos. Como podrás comprender, la Navidad es la reina de los malos hábitos alimenticios y acabamos, en la gran mayoría de las ocasiones, por aborrecer la comida, sobre todo en los últimos días, cuando el Roscón hace acto de aparición y estamos empachados de tanto dulce y de tanto comer.
Resaca, acidez de estómago, vómitos, dolor de cabeza, gastritis, digestiones pesadas, empacho, … La Navidad, al final, acaba por saturarnos. Hay que buscar dietas saludables y no hacer excesos, ya que a la larga pasa factura a nuestro organismo.
Algunos consejos para evitar los empachos:
- Evita alimentos copiosos e intenta recurrir al pescado, pollo, verduras o similares. Facilitan la digestión y se digieren mucho mejor.
- Aumenta la ingesta de agua. Un vaso de agua 30 minutos antes de una comida, además de hacer que te sientas más lleno y consumas menos calorías, ayuda a la digestión. Además de inhibir el apetito, acelera el metabolismo y ayuda al movimiento intestinal.
- Mastica bien los alimentos y come despacio. Comer despacio ayuda a mantener el peso adecuado, pues así damos tiempo a las hormonas encargadas de producir la sensación de saciedad y consumimos sólo lo que necesitamos.
- Vigila tu postura en la mesa e intenta estar bien sentado. Cuando permanecemos en una postura incorrecta durante mucho tiempo, la columna vertebral pierde su alineación natural y la mala postura causa movimientos nerviosos, fatiga, tensión muscular en los hombros y el cuello, dolor de espalda y de cabeza.
- El pasear justo después de una comida pesada te ayuda a digerirla.
- No vayas a dormir sin hacer la digestión. Por lo general, los alimentos que consumimos se demoran entre 2 y 4 horas en ser digeridos, de ahí que dejemos pasar un tiempo prudencial con el fin de tener un buen descanso en la noche. Si tu digestión es lenta te recomendamos no ingerir grasas antes de dormir, así evitarás la pesadez estomacal.
- Deja de comer antes de que te duela el estómago. Puedes disfrutar de la comida y de estos días igualmente sin tener que llegar a esos límites.
- Tómate una infusión de manzanilla a pequeños sorbos y sin azúcar. Son digestivas.
- Si eres propenso a tener desarreglos digestivos, en las Farmacias hay productos naturales (Iberogast, Nux vómica-Homaccord, Gastricumeel, …) que te pueden ayudar a hacer la digestión.
- Recuerda que después de una comida excesiva, al menos las siguientes comidas sean ligeras.
- Y por supuesto, dedícale unos minutos a hacer deporte.
